El café es la bebida más popular del mundo; consumida por un tercio de la población global en una cantidad mayor que cualquier otra, sólo por detrás del agua. Se calcula que cada día se consumen en el mundo 2 250 millones de tazas de café. Un Mexicano consume alrededor de 1.6 kg de café al año, muy lejos de los principales bebedores de café del mundo, una lista de países que incluye a Finlandia, Países Bajos y Suecia, naciones con una altísima esperanza de vida y entre los países más felices del mundo, toda una coincidencia, ¿no? Sin duda, una pregunta viene a la mente después de conocer esto: ¿Deberíamos beber más café?
El café se consume por su deseable sabor amargo y sus beneficios medicinales. Esta bebida tiene una larga historia en el uso alimentario humano desde hace más de 1000 años. El efecto del café en la fisiología humana varía de una persona a otra y también en función de la calidad y la cantidad del café consumido.
El café es una mezcla química compleja; está compuesto por más de 1000 sustancias químicas diferentes. A pesar de la gran cantidad de investigaciones, las pruebas que apoyan una relación directa del café con diversas enfermedades han sido limitadas e inconsistentes. Sin embargo, aunque todavía no se ha demostrado, la literatura científica reciente sugiere un gran número de efectos beneficiosos del café y de varios de sus componentes para la salud del ser humano.
El café contiene una cantidad considerable de antioxidantes, lo que puede explicar algunas de sus posibles propiedades beneficiosas; estos compuestos químicos son de gran utilidad para mejorar la calidad de vida al ayudar a prevenir o posponer la aparición de enfermedades crónico-degenerativas. El principal compuesto farmacológicamente activo del café es la cafeína (metilxantina), la cual se conoce por tener efectos sobre una serie de funciones como la estimulación del sistema nervioso central (SNC), potencializando la concentración, la actividad neuronal y reduciendo la fatiga, la estimulación del músculo cardíaco aumentando tanto la fuerza como el ritmo de contracción y apoyando la salud general de nuestro corazón, la relajación del músculo liso, especialmente del músculo bronquial, utilizado como tratamiento alternativo para el asma, y finalmente tiene acción sobre el riñón para producir diuresis, mejorando la desintoxicación de nuestro cuerpo y reduciendo el edema y la retención de agua.
La cafeína también produce un ligero aumento del metabolismo basal y potencia la capacidad de la actividad muscular. Se sabe que el café, debido a su actividad antioxidante, muestra un efecto protector contra el cáncer, el daño tisular inducido por la radiación y otras enfermedades cardiovasculares. Otros beneficios son los que incluyen la protección contra la Enfermedad de Parkinson y la Diabetes tipo 2.
Los efectos nocivos del café se asocian a las personas sensibles a los estimulantes. Más allá de esto, no hay pruebas de que el consumo de café esté relacionado con efectos adversos para la salud. Por lo tanto, el consumo moderado de 3-4 tazas de café instantáneo o tostado al día, asumiendo una concentración media de cafeína de 60-85 mg por taza, es bueno para la salud humana.
Tras conocer la gran variedad de cualidades saludables que aporta una taza de café, podemos estar seguros de que empezar el día con esta increíble bebida no es sólo un hábito, sino más bien un camino consciente y activo para elegir el bienestar y la salud en nuestra vida diaria.
Dr. Alejandro Mora